EMPEÑAR LAS PALABRAS
No empeñes tu palabras en cumplidos
porque duerma tranquila tu conciencia,
cuando siendo rebelde tú en esencia
apenas si soportas tus ronquidos.
Pues ya con tus cabales deprimidos,
mudo en la contumaz indiferencia
quedas por evitar que la demencia,
al final tus pudores deje heridos.
Quizás a tus amados semejantes
juzgues por la apariencia de los huesos
por terrorífico que igual resulte,
pero ponte a pensar unos instantes
y por favor controla tus excesos
y compara el contraste que resulte.-
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