SONETO
Si cautivado fui por unos besos
sin llegar nunca a ser correspondido,
es por lo que del golpe resentido
permanecí calado hasta los huesos.
Y es que temiendo cometer excesos
a subir al altar comprometido,
en algún avatar me vi metido
como en la cárcel cantidad de presos.
Hoy quizás recordando la aventura
una sonrisa asoma ya a mis labios
que mostrarme no quiero irreverente,
pues siendo siempre sana mi locura
no ha de guardar mi corazón agravios
que de indigno le acusen de repente.
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