SONETO
CAVILANDO LA MENTE
Cavilando la mente mal encaja
que sola la abandone su cordura,
si llegando a perder la coyuntura
viese que ni de coña se relaja.
Y debe conocer que en desventaja
tiene que recobrar la compostura,
al permitir juzgar sin más censura
que la suerte es de quien se la trabaja.
Porque si sale en busca de remedio
bien se podrá encontrar la indiferencia
oculta tras el velo del orgullo,
sujeta al más salvaje y cruel asedio
sin poder encontrar en su conciencia
lo que sonar le suene a Perogrullo.
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