ENÉADA
LAS MUSAS NUNCA DUERMEN
¿Volver de nuevo a versar? Quizás sea una utopía
en la cual si con tesón se desecha la apatía
tan sólo habrá que tomártelo con cierta filosofía.
Pues las musas nunca duermen, si es que alerta y con anhelo
con un poco de buen humor, retoman de nuevo el vuelo
teniendo entre ceja y ceja, donde probar el anzuelo.
Pensar a la sazón cabe, que con dosis de lectura
la inspiración del cerebro regenera su locura
hasta que versos dispara con sutil desenvoltura.
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