SONETO
NO FUI TAN MAL AMANTE
Oye, ahora que gozo los momentos
entre la fantasía y la alabanza,
aborrezco cualquier sed de venganza
que empañe mis pasados juramentos.
Oye ahora, que el haz de sentimientos
surge donde naciera la esperanza,
aguarda en la memoria la semblanza
de aquellas horas locas de contentos.
Y es que si la memoria se cultiva
todo lo que ocupaba nuestras mentes
llevados por la fiebre del instante,
nunca ofreció mayor alternativa
cuando puestos a ser condescendientes
que se diga no fui tan mal amante.
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