SONETO
QUIEN RONDA A ESTAS HORAS TU CABEZA
¿Quién ronda a estas horas tu cabeza
que de tanto placer igual se asusta,
pero que a los sentidos tanto gusta
le acaricien su cuerpo con firmeza.?
Si hasta el rey se la juega con su alteza
y a la ley del amor ni dios se ajusta,
¿cómo hay quien utilice aún la fusta
con sobradas argucias de destreza?
Nada fuera tan fácil si al besar
tu boca tan callada y sigilosa
no encontrara el placer que se merece,
sin tener que admitir y sopesar
para el alma tarea tan tediosa
que la ansiedad si no se jacta crece.
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