ENÉADA
PERDER LA RAZÓN
Divertida ya resulta, cualquier ventura amorosa,
tanto que aunque nos parezca en detalles caprichosa
no puede dejar de ser, apetecible y hermosa.
Quiera Dios que complacidos bien acabe la faena,
que habiendo muy malas lenguas, temo que la dicha ajena
si no dura el compromiso, no se dé al final por buena.
Quizás no me exprese yo, con demasiada pasión
y decir lo que deseo, costar me cueste un follón
porque a perder me conduzca sin remedio la razón.
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