Ayer presenté mi libro
en la feria malagueña,
en ese parque precioso
“que es soñar con las estrellas.”
Dicen que escribir un libro;
es como tener un hijo,
en mis libros plasmo todo
lo que mi alma allí encierra.
¡Me gustan las poesías!
donde expresas lo que sientes,
desgranando lo que encierran
¡para darlo a los demás
lo que sienten los poetas!
¡Pero la vida es ingrata!
vas pasando por la vida,
por donde vas, dejas huellas,
como simientes de flores,
“si las pisas, no florecen”
aunque sea en primavera.
Esto pasa en los humanos,
cuando valor ven que tiene;
procuran dejarlos fuera,
“cuando mueres, homenajes”,
para aliviar su conciencia.
Después imprimen sus libros;
alabando su valía,
pero los dejan morir,
como a Bécquer le pasó,
enfermo, y muy pobremente.
Hoy le ensalzan y le escriben,
los libros que pudo darle,
lo que más necesitó,
el cariño y la salud,
que en su vida le faltó.
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