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LA CHAPERONA

Recuerdo que tenía 8 años y mi principal entretenimiento era jugar con mis amigas a la matatena, al turista o cualquier otra cosa, pero cuando más a gusto estaba, mi madre me llamó para decirme que mi prima mayor que yo 6 años, "me había invitado" al cine. ¡Ah que coraje me dio porque a mí no me interesaba irme a encerrar a una sala oscura, yo quería seguir jugando pero cuando mi madre me llamaba, sabía que eso era una orden para mí y no podía negarme.

Con toda la calma propia de una niña de mi edad, me bañé, me cambié mientras mi prima casi desesperada me ayudaba a cambiarme: “No me jales tanto que no voy eh” le dije. "Es que no te apuras y se nos hará tarde”al tiempo que ella me ponía las calcetas" me estas jalando el pelo"; "así no van las calcetas"; "ese vestido no me gusta" y frases como esa se escuchaban de parte mía, mientras que ella casi al borde del colapso me ayudaba ....a toda prisa me sacó casi corriendo de la casa para ir al dichoso cine.

Como a unas 2 o 3 cuadras, de entre los árboles del parque salió un muchacho flaco, moreno, pelo relamido por la vaselina y vestido al estilo de los 60′s y vaya que estaba feo con efe de foco fundido y justamente ese era el novio de mi prima. Sinceramente me cayó “gordo" y más porque le tomó la mano y ¡ella se dejó!. Ese día me di cuenta para que servía mi compañía.

Ya dentro del cine me quise sentar al lado de mi prima y la muy ca...bezota me sentó adelante, mientras ella se sentaba atrás con el tipo, todo esto no fue una vez sino varias ocasiones que me “llevaron al cine", pero yo no me podía quedar con los brazos cruzados, ya no era tan niña como para no darme cuenta de que ella andaba de novia a escondidas y que mis tíos no lo sabían así que poco a poco las cosas cambiaron. Aquella tarde para variar me quitaron de jugar, me vistieron a toda prisa, pero antes de irnos le dije que yo quería llevar una bolsita que me habían regalado. Era una bolsita rosa, con cadena para colgármela al hombro, con tapaderita y dentro de ella había un espejo.

Como era costumbre me sentaron adelante para que “no viera nada". Las luces se apagaron y sentí como mi prima aprovechó para acercarse al novio, comenzó la función y yo saqué de mi bolsita un espejito de tal forma que pudiera ver para atrás y cuando los dos se acercaban a darse un beso le dije: “Martha quiero un refresco", el chavo se rió y se levantó a comprármelo.

Cuando me lo trajo le dije: “está helado y me hace daño, quítale el hielo". El chavo haciendo gala de paciencia le quitó el hielo y me lo volvió a dar, yo sin verlo y en tono muy altanero tomé mi soda.
Paso un ratito y nos dispusimos a ver la película, todo estaba tranquilo cuando se me ocurre sacar mi espejito para vigilar y que los veo besándose entonces les dije “quiero palomitas” mi prima ya enojada me dice “como eres de enfadosa” y que le contesto “si no me las traen le voy a decir a mi tía que andas de novia". Ella puso cara de espanto mientras que su novio más rápido que un rayo fue corriendo por las palomitas (vaya que funciono el chantaje).

Para no hacerla cansada, esa tarde terminé con sodas, palomitas, chocolates, lunetas, pistaches y no recuerdo que más cosas pero al salir del cine mi bolsita estaba llena mientras ellos jamás se pudieron dar un beso a su gusto ... el pobre chavo no tenía ni un quinto pero ya no me importaba mucho porque yo llevaba bastimento de golosinas para toda una semana.

Cuando ellos dos se despidieron, ella me dirigió la mejor de sus sonrisas, por un momento pensé que estaba loca porque no podía ser que estuviera feliz si toda la tarde la estuve fregando y me pregunta: “¿Te gustó la película?". Le dije que si y ella muy lista me vuelve a cuestionar: “¿A ver de que se trató?". En ese momento me di cuenta que ella no se sabía el argumento y quería que yo le dijera para poder platicar con sus padres.
Uff!!! mala señal para Martha porque le dije” si no me das 5 pesos no te cuento la película", todavía recuerdo la cara de asombro que puso, pero me los dió; los tuvo que sacar de su alcancía.
Durante mucho tiempo fuí su chaperona hasta que se me acabó mi minita de oro porque un día ya cansada de mis chantajes, se armó de valor para pedir permiso a mis tíos ... ni modo fue bonito mientras duró.

PD: Mi prima no se casó con ese chavo y hace poco me lo encontré muy cambiado, ya es un señor de casi 60 años peloncito y un poco pasado de peso, al verme y después de platicar un buen rato, se sonrió conmigo y me dijo ¿ Recuerdas como me chantajeabas? Yo solo me rei.


Maria*

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Publicado el: 10-03-2007
Última modificación: 13-10-2012


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