☰ menú
//



Tiempo, sin más


Haciendo mi ronda de los jueves, en el patio de recreo del colegio, un compañero me comentó lo atareado que andaba en su vida diaria. Me habló de sus múltiples ocupaciones cuando sale de la escuela y quedé bastante sorprendida, ya que no puedo imaginarme cómo se puede tener tiempo para tantas cosas.
Pero después me paré a reflexionar sobre lo que somos capaces de hacer cuando tenemos interés, cuando la propia vida nos demanda que nos movamos, cuando no queremos vernos arrastrados y arrastradas por la desidia y el aburrimiento...
Cuando era pequeña, veía también con asombro cómo mi madre trabajaba a destajo en la panadería, ordeñaba la vaca, iba a buscar hierba fresca, sembraba patatas y maíz, regaba la huerta... y desenredaba con paciencia mi cabello, para luego recogérmelo en trenzas imposibles, antes de enviarme a la escuela.
¿Sabéis? Siempre viví rodeada de personas que no tenían ni un segundo para pensar en sí mismas, sin embargo, cuando alguien aparecía en la puerta para comentar algún problema, escuchaban pacientemente y dedicaban unas palabras de aliento, rebuscaban en su despensa el trozo de pan y de queso para ofrecer y, con ese gesto, regalaban un tiempo que no tenían, tiempo que le era devuelto al fin y a la postre, multiplicado por mil.
Quizás la virtud menos extendida en estos tiempos de prisas y competiciones sea la generosidad, en parte porque no sabemos ser personas generosas con nuestro tiempo y olvidamos que, de una o de otra forma, el propio tiempo acabará por colocarnos en el lugar que nos corresponde.


TEMPO, SEN MÁIS...
Facendo a miña ronda dos xoves, no patio de recreo do colexio, un compañeiro comentoume o atarefado que andaba na súa vida diaria. Faloume das súas múltiples ocupacións cando sae da escola e quedei bastante sorprendida, xa que non dou imaxinado cómo se pode ter tempo para tantas cousas.
Pero logo, quedei a reflexionar sobre o que somos capaces de facer cando temos interese, cando a propia vida nos demanda que nos movamos, cando non queremos ser arrastrados pola desidia e o aburrimento...
Cando era pequena, vía tamén con asombro que miña nai traballaba arreo na panadería, muxía a vaca, ía por herba fresca, facía a sementerira das patacas e do millo, ía regar a horta... e desenredaba con paciencia o meu cabelo, para logo recollelo en trenzas imposíbeis, antes de mandarme á escola.
Sabedes? Sempre vivín rodeada de persoas que non tiñan nin un segundo para pensar en si mesmas, non obstante, cando alguén aparecía pola porta para contarlle algún problema, escoitaban pacientemente e dedicaban unhas palabras de alento, rebuscaban no fondo da artesa o anaco de pan e de queixo para ofrecer e, con ese xesto, daban o tempo que non tiñan, tempo que lle era devolto, multiplicado por mil.
Quizais a virtude menos extendida nestes tempos de présas e competicións sexa a xenerosidade, en parte porque non sabemos ser persoas xenerosas co noso tempo e esquecemos que, de unha ou de outra forma, o propio tempo acabará por colocarnos no lugar que nos corresponde.


CONCHA LÓPEZ

Copyright © Todos los derechos reservados.

Publicado el: 14-09-2009
Última modificación: 00-00-0000


editar deja comentario al poema

regresar




POETA VIRTUAL no persigue ningún fin de lucro. Su objetivo es exclusivamente de carácter cultural y educativo, mediante la difusión de la poesía. Los poemas y cuentos presentados en este portal son propiedad de sus autores o titulares de los mismos.


Copyright © 2017-2024 Poeta Virtual Inc. Todos los derechos reservados.
Copyright © 2017-2024 Virtual Poet Inc. Worldwide Copyrights.