Les voy a contar la historia de una niña llamada Ametz y cuyo nombre en vasco quiere decir soñadora.
Atmez era una niña que le gustaba ir a la escuela y siempre procuraba tener buenas calificaciones porque sabía que si estudiaba mucho lograría hacer realidad su más caro anhelo: ser una bailarina de ballet reconocida, pero ese sueño no era fácil, pues el ballet exige disciplina, constancia, además de muchos años de preparación en forma y técnica.
La pequeña tenía una hermana mayor cuyo nombre era Cyrene. A las dos niñas les gustaba mucho bailar y cuando podían, jugaban a ser artistas de ballet, a escondidas de su mamá, se maquillaban y se ponían ropas ligeras para poder hacer los splits de ballet.
Un día su mamá se dio cuenta de los juegos de sus hijas y ellas al verse descubiertas pensaron que las regañaría por haberle tomado sus pinturas sin permiso, pero tenían una madre muy comprensiva y en lugar de regañarlas, les dijo que si querían estudiar danza, ella las inscribiría pero con la condición de que no descuidarían sus estudios escolares. De esa forma ambas hermanas entraron a estudiar ballet en sus tiempos libres.
Desde el principio las dos mostraron amplias aptitudes para desarrollarse en ese arte, parecían pájaros volando en el escenario y con el tiempo las niñas se convirtieron en el mejor dúo de bailarinas que completaban el cuadro para las artistas principales, casi siempre las ponían en primer plano porque formaban una excelente pareja pues entre ellas había química, no necesitaban hablar para comunicar al público lo que podían expresar con la danza, pero Atmez siempre inquieta no olvidaba que su mayor anhelo era hacer el papel principal de una obra, por eso se esforzaba cada día más y más para orgullo de sus padres.
Cyrene en cambio comenzó a bajar de calificaciones y tuvo que elegir entre el baile y la escuela así que dejó de asistir a sus clases de ballet porque no pudo con tantas actividades.
Entonces Atmez aunque triste porque se quedó sola en la escuela de danza, sintió que debería de hacer doble esfuerzo para evitar que le pasara lo mismo que a su hermana.
Pasó el tiempo y Atmez poco a poco fue convirtiéndose en una gran bailarina que costeaba sus estudios de danza porque sus padres ya no tenían los suficientes recursos y aun a pesar de haber participado en grandes obras aun no llegaba el papel principal.
Un día su maestro ruso reunió a todas sus bailarinas para comunicarles que montaría El Lago de los Cisnes pero que el papel de Odette aun no estaba designado a nadie, pues la actriz que lo quisiera, debería ganárselo con su propio esfuerzo.
Mientras Atmez lo escuchaba, no podía disimular alegría pues esa era la oportunidad que ella esperaba, era su sueño, su mayor anhelo y desde ese día comenzó su preparación, se olvido de diversiones, de salidas a paseo, lo único que le interesaba era ganarse el papel por ella y por su hermana que se había quedado en el camino.
El día que su maestro programó para hacer la elección del papel, Atmez se sentía muy nerviosa, sabia que en la vida solamente tenemos una oportunidad y no debemos desaprovecharla.
La primera que pasó al escenario fue una compañera que bien valía la pena verla bailar, con gran elegancia se movía en las tablas, sus manos parecían como sacadas de una poesía pero su mirada era de alguien que ya se creía con el triunfo en la mano; después pasó otra de sus compañeras, otra y otra más, mientras Atmez nerviosa, esperaba su turno.
Cuando la llamaron, caminó al escenario y acomodó sus manos, inclinó la cabeza y cerrando sus ojos se concentró esperando las primeras notas de la música de Tchaikovsky.
Poco a poco fue sintiendo como la música invadía su cuerpo que le respondía con suaves movimientos al compás de aquel ritmo, Atmez se sentía bailar en las nubes, sus blancas manos parecían hadas mientras sus pies parados en punta no perdían el equilibrio y cuando termino la música, el silencio fue roto por el aplauso de los asistentes y con una gran sonrisa su maestro que le dijo: “es tuyo el papel”
Atmez deseó realizar su sueño de ser una gran bailarina de ballet, siempre supo que no era fácil lograrlo pero continuó bailando todos los días de su vida, como ella tu puedes lograr tus sueños y tendrás la oportunidad de demostrar que cuando se persigue un sueño a base de constancia y esfuerzo se logra.
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