Nuestros momentos preciosos, o nos los quitan,
o nosotros mismos los dejamos escapar. Y la
prdida ms vergonzosa es la originada por
nuestra negligencia; reflexiona y vers que
una gran parte de la vida se invierte en
hacerlo mal, otra parte en no hacer nada,
y el todo en hacer lo contrario de lo que debiera hacerse.
Dnde est el hombre que sepa estimar el tiempo,
y apreciar un da, y comprender que se muere a cada instante?.
Sobre el empleo del tiempo, de Cartas a Lucilio - Sneca
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El almanaque me dice que es la ltima semana de diciembre. Dentro de dos das ser Ao Nuevo.
Estamos en Occidente, bajo un calendario de origen cristiano y el 1 de enero comenzar el ao 1999.
Pero no ser as en todo el planeta. Apelo a dos ejemplos: Para los islmicos recin el 17 de abril de 1999 comenzar el ao 1420 y para los judos el 11 de septiembre se iniciar el ao 5760.
El orbe no es uniforme, ni su gente ni sus ideas.
Se advierte en las calles una cierta inquietud y premura por el ao que vendr. Se venden tarjetas de buenos augurios. Muchas personas compran regalos para entregarle a sus seres queridos cuando sea la hora cero del primer da de 1999.
Las empresas organizan almuerzos o cenas, para agasajar a sus trabajadores por los esfuerzos realizados durante el ao que se va y desear mejores resultados para el prximo. Otros se renen con sus amigos.
La mayora parece encontrarse interesada en estar juntos y en amable camaradera.
Todos se desean unos a otros lo mejor.
Esta particular actitud anmica es fuente de opiniones divididas: algunos sostienen que es genuina, otros que est cargada de mero formalismo y hasta de falsedad. Dejo a cada cual a cargo de su propia visin personal sobre este asunto.
Yo, desde hace mucho, ando esquivando explicaciones o brindando una amable disculpa frente a los ofrecimientos que me hacen para asistir a alguna fiesta de Navidad o Ao Nuevo. Tambin buscndole la vuelta a mi respuesta ante mensajes alusivos a la fecha.
Muchos deducirn, con acierto, que la razn de esta negativa est vinculada a que, aunque creo en DIOS, no profeso ninguna religin y, entre ellas, tampoco el cristianismo.
Y es verdad que celebrar Navidad no me parece apropiado en m, que no slo no profeso esa fe sino que, adems, he escrito un ensayo sobre las profecas bblicas respecto del mesas.
Pero es ms que eso.
Se trata en todo caso, y lase esto con la humildad con la que realmente lo siento, de mi intencin de ser coherente conmigo mismo.
Si no soy cristiano es evidente que, en tanto no profese, como es mi caso, algn otro dogma que me lo impida, podra acompaar a aquellos que me invitaran a la cena de Nochebuena o Navidad por ejemplo.
Pero hay algunas otras cuestiones en todo esto. Al menos las hay para m.
Cualquiera que me invite a esa celebracin debera entender que ello implicara mi asistencia a una reunin slo para estar con un ser a quien aprecio y deseo acompaar, pero que de ningn modo representa ms que ello. Tambin, que me hara sentir mal verme de repente obligado a participar en alguna forma de ceremonial propio de la misma.
Si fuera el caso que para esa persona tambin resultara igual, una oportunidad de estar juntos, y as sucede muchas veces, me pregunto: Por qu reunirse en Navidad?; Por qu no transformar en especial cualquier otro da?.
Puede parecer estpido el planteo que expongo, pero me resisto a hacer las cosas simplemente porque as est preestablecido. Ms an cuando ese hacer est acompaado de los protocolos atinentes a una celebracin determinada.
Hace poco, una compaera de trabajo me expresaba ms o menos lo siguiente: -Si Navidad no por el hecho religioso que te es ajeno, Por qu tampoco el Ao Nuevo?, Qu tiene que ver?-.
Cuando uno analiza las cosas con cierta profundidad obtiene al menos dos resultados. Uno de ellos es que advierte como todo tiene un cierto encadenamiento causal, una cosa trae a otra y esta a otra y as sucesivamente; de ese modo se descubre que la casualidad no es frecuente en este mundo. El segundo descubrimiento es que los seres humanos, masivamente, realizamos distintas actividades por costumbre, tradicin, hbito, moda, etc.
Esto se puede ejemplificar con el Ao Nuevo. Esa fecha alude a un hecho religioso: la circuncisin de Jess. Ese es el parmetro por el que se establece que ocho das despus de Navidad ser Ao Nuevo.
Como se ve no hay casualidad. Navidad y Ao Nuevo son dos elementos encadenados uno al otro; tambin se hace manifiesto como, lejos de relacionar o sospechar siquiera la vinculacin entre ambos, todos conmemoramos una fecha siguiendo una costumbre, un hbito.
Pues bien, para cualquiera resulta aceptable que alguien no asista y, con ms razn an, no realice los festejos y acciones vinculados al ao nuevo chino, judo o islmico, cuando ello no est relacionado a su fe.
Por qu, si entendemos eso, no entendemos tambin el desinters por compartir rituales, ceremonias o celebraciones en aquellos que no creen lo que nosotros creemos?.
En esta situacin se advierte otra revelacin: Ideas mayoritarias y verdad suelen tomarse como sinnimos. De ello nace una especie de obligacin a concluir y a aceptar que: Si todos lo hacen, deberamos hacerlo tambin.
Ahora quiero exponer ante ustedes, con la mayor claridad que me sea posible, algunos argumentos que muestren que este anlisis de nuestra propensin a realizar actos en forma masiva, ajenos a todo cuestionamiento, iniciado sobre la base de las fiestas de fin de ao, es aplicable a otras fechas tales como: da del padre, la madre, el nio, el abuelo, los enamorados... y aun ms que todo ello.
Desde que el mundo es mundo las comunidades organizaron formas de agrupamiento social sobre la base de la conmemoracin de fechas y hechos de su historia real, o no real algunas veces.
Esto les permiti desarrollar una identidad, un conjunto de seales, de caractersticas, de modos, que los distingue del resto.
En grupos pequeos result propicio para su supervivencia; les otorg un sentido de pertenencia a un pasado comn y los oblig a trabajar por un futuro perfilado (tericamente) por sus antepasados.
Las sociedades han crecido en nmero de miembros y en diversidad de ideas, de tal modo que actualmente es mucho ms difcil unificar criterios, incluso dentro de un mismo grupo.
Se advierte, con agrado, que dentro de una misma comunidad ideolgica, logran convivir distintos matices aceptando sus diferencias internas.
Obviamente, cuando las tensiones nacidas de estas divergencias se hacen insostenibles, acontece un cisma que separar las partes que, ms tarde o ms temprano, tambin sufrirn el mismo destino.
Ms all de esto, cada comunidad sigue participando de hechos colectivos, que les vienen como una herencia a cuidar y delegar.
Se trata de tradiciones, costumbres, ritos, mayormente vinculados a la historia, la raza y la religin de sus habitantes.
Es importante tomar conciencia de que, en el manejo de estas cuestiones, la clase dominante es la encargada de establecer eso que podramos llamar los identificadores de la cultura que son propios de cada sociedad.
Si el ejercicio de esta potestad es cuestionable o no, no es mbito de este trabajo. Mi intencin es mostrar que, como en todas las relaciones, el que domina establece las reglas, con mayor o menor consenso, hasta el prximo dominador. Esas reglas incluyen tambin a nuestras celebraciones que nos acompaan desde que nacemos; por ejemplo: siendo pequeos, un da nos dicen que esta noche vendrn los reyes magos y comenzamos a creer en ellos. Al crecer, los adultos ya no creen en Reyes Magos pero s en otras formas mgicas sin detenerse a indagar sobre el origen o validez de las mismas.
Deca que: La clase dominante es la encargada de establecer eso que podramos llamar los identificadores de la cultura que son propios de cada sociedad.
As, las distintas formas de administracin del poder, conforme un anlisis adecuado de la composicin de su comunidad, sern las que se ocupen de sostener las seales que le confieran cierta homogeneidad a ese conjunto humano. Para ello atendern la invocacin al pasado comn, la diagramacin de eventos recordatorios y el constante discurso a favor de la memoria colectiva y de la prctica de los valores establecidos.
Independientes de su tinte ideolgico, todas las organizaciones humanas utilizarn estos basamentos para construir y sostener lo que ser su folclor.
Este es un proceso imperceptible que se viene generando desde los mismos albores de la humanidad, primero de manera espontnea, casi instintiva, luego como una herramienta del poder en cada sociedad para alcanzar un cierto equilibrio de fuerzas internas a la vez que tornar ms o menos homogneo toda forma del pensamiento masivo.
De algn modo, en los rituales propios de cada comunidad, hay una leve forma de segregacin. Entindase bien, por favor: No en el sentido perverso de la palabra; aunque hay ejemplos de intolerancia a la diversidad. Simplemente, en cuanto que: cada costumbre, rito o tradicin, no universal, es una forma de mostrar qu me separa de los otros. Nuestros comportamientos grupales muestran nuestras diferencias respecto de los otros grupos.
Estos distintivos de identidad llamados religin, raza, nacionalidad, ideologa, etc., nacen con nosotros desde nuestro mismo origen como modo de organizacin humana.
Hoy estamos en condiciones de entender que son valores que se manejan conforme las evaluaciones del poder administrador sobre la base de lo que podramos llamar el bien comn.
Volviendo al punto de partida (las fiestas de fin de ao), podramos decir que cada comunidad establece y, en general, hace extensivo al resto no afn a su corriente de pensamiento, la invitacin a recordar, conmemorar, celebrar, tal o cual evento en atencin a alguno o varios de los siguientes motores: a) administracin de las costumbres mayoritarias de la comunidad; b) fortalecimiento de su ideologa; c) masificar una forma de pensamiento; d) efectuar una exposicin positiva de su identidad ante la opinin pblica; e) sumar voluntades.
Estas motivaciones existen y hacen entendible que, por ejemplo, los cristianos se interesen en difundir su fe o efecten acciones defensivas especficas cuando se debilita su comunidad. La misma conducta y procedimientos se observan tambin en las sociedades: china, rabe, rusa, juda o japonesa, en todas las facetas de su espectro: religin, poltica, etnia, etc.
As es como se comportan los grupos humanos.
Ser importante entonces entender que, en este mundo tan diverso y, actualmente, tan interrelacionado, donde las comunicaciones y los medios de transporte nos ponen en una brevedad temporal antes insospechada en contacto permanente con realidades distintas; en este marco tan abrumadoramente diverso que compartimos, se hace necesario aceptar nuestras diferencias y respetarlas genuinamente.
Tambin puede ser provechoso pensar si estamos haciendo lo que queremos nosotros o lo que otros nos hicieron creer que es lo que queremos hacer.
Provengo de una familia catlica. Sin embargo, en alguna oportunidad, buscando la gnesis de mi apellido me encontr con la posibilidad de que su origen sea marrano, voz despectiva que se aplica a los judos conversos al cristianismo en Portugal. No tuve posibilidades de profundizar mi investigacin.
Lo cierto es que ni una cosa ni la otra han podido ms que mi deseo de verdad, de conocimiento de m mismo.
As, resulta ser que mi comportamiento dista bastante del tradicional en cuanto a celebraciones. Ni siquiera me parece relevante mi fecha de nacimiento.
He optado por vivir en la eternidad. Y Qu es la eternidad?. La eternidad es el constante ahora.
DIOS sabe que cada da, al despertar, le agradezco continuar en el mundo de los vivos.
Desde ese mundo y hoy, t me lees y yo te pido que: No dejemos de celebrar este da y los que sigan, por lo que cada uno de ellos encierra en s mismo.
Daniel Adrin Madeiro
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