DOS FRUCTÍFEROS DECENIOS DE MI VIDA.
Dos decenios de mi vida me gustaron sobre manera y fueron los años cincuenta y sesenta del siglo XX. El decenio de los cincuenta porque ahí se inició mi adolescencia y mi primera juventud en una ciudad, la de México, plena de seguridad y de valores para mi de singularidades inolvidables. Mis tres años de internado en el Colegio Franco Español en donde mi despertar al erotismo en las salidas dominicales para ir a los teatros de revista fue un cataclismo al pensamiento pues vi a las más curvilíneas exóticas del momento bailar con poca ropa las canciones de ese entonces con los ritmos tropicales de Dámaso Pérez Prado llamado El Rey del Mambo. En el cine, María Antonieta Pons, Ninón Sevilla, Rosita Fornés y otras artistas de ese entonces eran mis favoritas, por sus galanas piernas y sus meneitos tan insinuantes. Por cierto la reina era Yolanda Montes
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