LLega un momento, en el paso por la Tierra, donde aparentemente "morimos". Abandonamos nuestro cuerpo -el vehiculo con el cual nos ha permitido desplazarnos -, culminada toda una serie de experiencias y vivencias concebidas de antemano.
En esta escuela los más "trabajadores" logran ascender en su evolución.
No todos consiguen lo mismo.
A cada uno le llega su momento, ni antes, ni despues. Por lo que no debemos censurar, ni vanagloriarnos, si nuestra evolución es mayor.
Todo en el Universo lleva su ritmo y cada uno se va ajustando, según lo demande su evolución y su destino.
No debemos temerle a la "muerte". No es más que una vieja conocida, que nos visita en incontables vidas.
La vida es indestructible, simplemente es cambiante en sus manifestaciones.
Desencarnamos para volver a encarnar. Sólo hay separación en nuestra mente. Ésta separación ilusoria, unicamente existe porque nuestros ojos fisicos no pueden percibir la otra dimensión.
Es la Eterna Rueda de la Vida; incansable durante incontables vidad, mientras no llegue el momento de la Iluminación y alta evolución.
Es entonces, cuando ya saldado nuestro Karma obtamos por servir de guias, ayudando a los que todavia están cumpliendo el aprendizaje en la Tierra, u otros planetas sirviendo al Plan Divino en cualquiera de sus manifestaciones.
Si somos conscientes de ello, el transito de una vida a otra será apacible; sin apegos, sabedores y esperanzados de alcanzar la Luz y la Paz tan deseada, que nos aguarda al otro lado de la "puerta".
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