Desde el mas profundo y obscuro cielo brilla una estrella que da fe de lo que se narrara.
Hace tiempo cuando el mundo, aun no era tal, dos figuras se conjugaron volviéndose inmortales en el presente el Sol y la Luna.
Cada cual estaba en su mundo llenándose de energía latiendo con frenesí.
Ellos sin pensarlo , un día se encontraron así, de repente, se miraron, se conocieron y se amaron.
Con el paso del tiempo fue tan profundo el sentimiento, que sin la presencia de cada cual el otro no era feliz.
El tiempo paso, el mundo cambio y tuvieron que separarse; por designios del supremo.
El Sol cuidaría de la tierra y de los seres que la habitan solo de día y la Luna solo por las noches.
Ambos lloraron, suplicaron y lo que lograron solo fue que al despuntar el alba , solo unos breves instantes podrían encontrarse y amarse.
Al igual que en el ocaso la Luna aparecería para saludar a su amado.
Y en ciertos días,´podrían amarse tan intensamente, que uno cubriría al otro en un abrazo intenso.
Es así, como en ciertos años y días los amantes breves y eternos se entrelazan por algunos instantes que son eternos para ellos.
|