Desde hace días anda rondando por mi mente esto del buen amor y del mal amor, del bien amar y del mal amar. Por supuesto que entre el bien y el mal, surgen los regulares, los menos malos y los menos buenos, como más allá, los óptimos y los malísimos.
¿Cómo es posible que en un solo sentimiento se desaten tantas escalas en el sentir amor?
¿Cómo es posible en el solo amar encontrar tantas variantes: afecto, cariño, querencia, estima, deseo, pasión, galanteo, requiebro, gusto, respeto, cortejo, permanencia, adoración, veneración...?
¿Cómo es posible que todo eso se pueda convertir en convulso, ciego, temeroso, acosador, celoso, trágico, inseguro, esclavo, sádico, masoquista, dañino, obsesivo y quién sabe cuántas cosas más?
¿Cómo es posible odiar amando y amar odiando?
¿Cómo es posible matar, ultrajar, robar, insultar, vejar, maltratar, execrar y jugar con los sentimientos de quien se dice amar?
¿Cómo es posible necesitar y rechazar, tener hambre, encontrar comida y querer morir de inanición?
¿Cómo es posible nadar sin rumbo fijo ni salvavida, encontrar el faro y al flotador para llegar a puerto seguro y renunciar a ello para morir ahogado?
¿Cómo es posible esto del buen amor y del mal amor?
¿Cómo es posible sentir e ir del buen amar al mal amar?
Y... lo que es más, ¿quién es el Juez que dictamina la sentencia que deja jurisprudencia en esto que reza: usted está amando bien , usted regular, usted allí... allí; usted mejor, usted de maravilla y usted de manera excelente, o, usted es un desastre, ama mal, terriblemente mal, obsesivamente mal?
A ver, ¿quién de ustedes me responde a todas estas incógnitas que me llevan a pensar que amar es más que un sentimiento?
O será que debo concluir con uno de mis refranes favoritos...
“ OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES”
No lo sé, sólo sé que en estos días me ha dado por pensar y meditar sobre el buen amar y el mal amar, tanto y tan diferente sentir en cada uno de todos los seres que habitan la tierra. Tanto y tanto sentir en una sola palabra que define el sentimiento que mueve a la humanidad en todos los sentidos.
Tanto y tanto sentir en el fondo y la envoltura del paquete que se asume aún antes de nacer en el sentir... ¡amor!
Migdalia B. Mansilla R.
Febrero 22 de 2004
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