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El Puerco Espín y la Rosa

  Era sé, que se era una vez en el jardín de las Hadas, donde creció un pequeño rosal de ahí 8 rosa brotaron, poco a poco cada una en su tiempo se convirtió de botón a una rosa madura y fragante.
Existió entre ellas una que lentamente por ser la más pequeña sin prisa cambio de tierno botón a rosa que florecía llegando a su madurez con gran hermosura, el color que le acompañaba y la fragancia de ella era singular ninguna de sus hermanas y hermanos las tenia.
El rosal se sentía orgulloso de cada una de sus flores. Las Hadas felices se deleitaban mirándola crecer.
Ella siendo capullo observó que sus hojas pequeñas crecían hasta tocar su tallo y en este se percato que le crecían espinas y que si, no tenia cuidado pudiese hacerse daño.
Aprendió mucho al observar y convivir con los seres mágicos del bosque.
Un buen día no se sabe como ni cuando, un animal extraño llegó a este paraje mágico, todo asombrados le miraron, no definían que era, el animalejo estaba tan cansado que lo dejaron dormir, las hadas gentil mente le rociaron con polvo de Hadas para que se recuperara ya que se veía tan mal.
Al llegar el alba despertaron las Hadas del roció, dando de beber unas cuantas gotas a este animal extraño ya que su cuerpo estaba cubierto de espinas. Curiosos todos los seres mágicos se acercan a mirarle a tocar esas extrañas espinas que cubrían todo su cuerpo. Al estar en esto el animalito despierta y con dulce mirada, sin hablar les agradece su hospitalidad. Se presenta como el Puerco Espín, nadie sabe nada sobre este género de animal, pero le acogen con benevolencia.
La Rosa despierta cuando el soldado de armadura de oro se asoma entre las montañas y las copas de los fresnos y pinos.
Descubre a un nuevo ser, le da la bienvenida con su exquisita fragancia, el Puerco Espín se cautiva de su dulzura, se acerca a ella. Inician una charla intensa y descubren que son tan similares.
Ella le confía que muchas noches y días sus lagrimas recorren sus pétalos confundiéndose con el roció de la mañana, disimulándolas, esta triste nostálgica y sola pocos seres entiende que es tener espinas.
Ahora al fin de mucho tiempo conocer a otro ser que también las porta y que es incomprendido.
Finalmente dos solitarios seres se encuentran, la magia de la amistad florece lentamente.
Entre las espinas cada uno encuentra las virtudes que pocos, logran mirar.
Siendo el milagro de la madre naturaleza, dos seres diferentes aparentemente son tan similares y tienen tantas cosas que les unen, ante todo su cándido corazón. Y la alegría de saber que ya no están solos.
Las Hadas y todos los habitantes del bosque mágico danzan de alegría, al saber que existen dos amigos que a pesar de las distancias, diferencias y adversidades. Se han jurado fidelidad y cariño de hermanos.
Y entre polvos de Hadas, fragancias exquisitas y una que otra espina el bosque mágico se cierra hasta la próxima vez, que algo ocurra.
3-06-05



Cinnerea

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Publicado el: 04-06-2005
Última modificación: 00-00-0000


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