Hoy descubrí un Duende, asomándose desde el rincón de mi oficina, brinco hasta la cornisa y desde ahí, un ojo me guiño.
Me mira trabajar, brinca de un lado a otro, se asoma entre los hombros de mis pacientes, sonríe y de un momento a otro en medio de la oficina brota una fuente. Su magia de Duende me hechiza, lo curioso es que nadie más lo ve. Asombrada ahora un arco iris ilumina mi escritorio y el sentado aparece en mi maquina de escribir, el muy goloso se mete a mi dulcero. Lo quiero atrapar, pero aparece y desaparece. La gente me mira extrañada, no entiende que me pasa.
Me descubro hablando con él, contándole lo que hago, y de repente me doy cuenta que ese Duende color celeste es tu recuerdo.
Duele, ver que sé esta esfumando primero las zapatillas y poco a poco el cuerpo. ¿El olvido esta llegando?¡ No, me resisto a pensar eso!; y cuando las lagrimas estar por estallar en mis ojos.
¡ZAZ!...
Me brinca, el muy revoltoso, vuela entre mis cabellos, salta a mis hombros, me susurra palabras de amor al oído y me planta un beso.
¡Este, es mi Duende Celeste!
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