Tal vez mi amor, tal vez un día
volvamos a tener esa alegría
que nos uniera ayer con ilusión.
Y aunque unidos hoy, me gustaría
que la vida borrara la agonía
que inesperadamente nos brindó.
Cuando más anhelos e ilusiones
tejíamos felices de pasiones
sin sospechar lo que se avecinaba.
Ráfagas de tristezas y dolores
angustias y un sin fin de sinsabores
con que la vida de pronto nos marcara.
Sin piedad, ni permiso, como intrusa,
en circunstancias fieras y confusas
que nos hacen vivir a veces con dolor.
Pero olvida que los dos mantenemos
la esperanza y la fe, siempre serenos
que nos alienta ¡bajo el manto de Dios!
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