La densa niebla del otoño
la triste luz de la mañana,
los ocasos perdidos, embriagados,
la esperanza sin luna, la comedia
los desiertos, los sueños, la palabra,
todo aquello que muere en la montaña
sin fe, sin principios, sin nada.
No hay silencio mayor que el de la ira,
el de las trampas y los relojes rotos,
aquel que calla la conciencia.
Más allá del silencio
los olvidos se hacen llagas
de las que duelen, de las que pesan.
Más allá del silencio te encontré
y desde que miré tus ojos negros
me enamoré de ti y de todos tus confines,
de los que llego a ver, de los que olvido,
de los que siento,
de los que más allá del silencio
ya no encuentro.
A mi Maruchita guapa
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