La democracia como burla, claro,
hoy al pueblo entretiene, qué pasada,
mientras quienes gobiernan la manada
de los sufragios pasan con descaro.
En las leyes el pobre busca amparo
aunque le den de frente la patada,
por no tener la boca bien cerrada
y pretender vivir aún del paro.
Así la democracia nos la juega
disfrazada de seda, qué locura,
para quien vota, siendo coherente,
pues esta sociedad camina ciega
hacia la desastrosa dictadura
que impone el capital voraz e hiriente.
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