Cuánto necesité para adaptarme,
Cuánto necesité para adaptarme,
caminar entre espinos y matojos,
sin notar la fortuna ante mis ojos
porque sólo me urgía castigarme.
Así empeñado siempre en hostigarme
no reparé en andar quizás de hinojos
y aunque intenté salir de los abrojos
no dominé el afán por torturarme.
Pero la misma historia se repite
mucho después del último estropicio
y sin notar mayores desperfectos,
por mucho que lo trate y lo ejercite,
pudiendo siempre ser que pierda el juicio
nunca sabré elegir rumbos correctos.
|
Copyright © Todos los derechos reservados.
Publicado el: 05-08-2008
Última modificación: 00-00-0000
|