Cuando luzca tormenta y brame el viento
mejor será no abandonar la casa
por si acaso se rompa la carcasa
y nos deje molidos sin aliento.
Puesto que aquí no vale ningún cuento,
muy caro pringa aquel que lo traspasa
si se duerme ignorando lo que pasa,
fácil puede quedarse sin sustento.
Como decía con razón mi padre,
algo de burros sí que parecemos
al no ver con premura los reveces,
y aunque la mente mucho se desmadre,
sí que estoy muy seguro que lo hacemos,
meter la pata cantidad de veces..
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