Cuando miro que corro tan despierto
vivo atado por nudos invisibles,
que pueden parecer irresistibles
al dejarme el camino bien cubierto.
Y hasta podría ser bastante cierto
que entre aquestos estados previsibles,
no hubiera insospechados imposibles
que me llevasen de inmediato al huerto.
Porque cuando me duermo así entre amores
sin decidir con cuál de ellos me quede,
parece que me sienta bien a gusto
desgranando la flor de mil primores,
hasta ver que el primero que no cede
imponerse rechaza con disgusto.-
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