SONETO
Toda pasión nos lleva al fanatismo
si un deporte se vuelve no cumplirla,
a mí me suena a puro infantilismo
el que incluso se mate al discutirla.
Por eso mismo huyo de los castos,
cuando por el planeta van diciendo
sus credos sospechosos y nefastos,
según la misma escoria acaban siendo.
Así que basta echarle a la madera
el fuego pertinaz de la ruptura,
que no admite la paz mayor espera
si sangrante se vuelve la fractura.
Igual bajo la piel de mil amores
dialogando se liman los rencores
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