SONETO.-
No puede despejar ningún misterio
la muerte, si después viene la nada
y sin razón como la mar salada,
a todos fijará su magisterio.
Reflexionar nos hace el cementerio,
porque al dejar de lado la manada
de poco, cierto, servirá la espada
cuando la muerte se presenta en serio.
Bastante lóbrego resulta el tema
si cuanto me enseñaron es mentira
a base de salados bofetones,
y ahí radica, diablos, el dilema
que las noches me ocupa ya la tira
dormirme solventando mis marrones.-
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