En Canarias amigos, el invierno
acontece de insólita manera,
como una permanente primavera,
la solución para un lugar moderno.
Convertirse podría en un infierno
si la suerte nos cerrara la frontera
y el turismo cambiara aquí de acera
por obra y gracia de un locuaz gobierno.
Andar con poco abrigo se agradece
que a nadie quepa duda, compañeros,
pues sano no resulta mucho el frío
tanto que me mantengo ya en mis trece:
nunca envidiar de veras los braseros
porque de verlos fácil moriría..
|