Como no me resigno sin remedio
entre versos envío mi protesta,
porque cansado estoy del asedio
con el cual el gobierno nos detesta.
Así mis huesos de cartón lo sienten
y por los cuatro vientos los predican,
esperando que muchos hoy revienten
si por pasta las guerras no erradican.
No quiero darle filo a mis palabras
sin antes observarlas de reojos,
por si acaso resultan muy macabras
y me pudiesen perseguir los piojos.
No moriré callado a buen seguro
si no gritando sin pudor, auguro.
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