Me siento espectador de mis miserias
como quien dice atado e impotente,
aunque quizás si fuera consecuente
igual estallarían mis arterias.
Pues tan de moda están hoy las histerias
llenando de problemas el presente,
que hasta hablar no resulta muy prudente
por si acaso se lían las materias.
Tanto que muchos a la fosa caen
sin distinguir fortunas de reveses,
puesto que a verse nunca están dispuestos
y menos si borrachos se distraen
viendo pasar sin resquemor los meses,
quien sabe, entre temores manifiestos.-
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