He colmado tus sueños
de bellas y cuantiosas fantasías,
ojalá que el furor de mis manías
muy pronto no te lleven a buscar otros dueños.
Pues también los amores a veces son pequeños
pudiendo destrozar sus alegrías,
que a buen seguro el resto de los días
velarán tus ensueños.
Yo de veras mi propia paz persigo
dentro de los refugios de mi tranquila cueva
donde jamás jolgorio yo requiero,
porque nunca echo en falta a ningún enemigo
que a levantarme el ánimo se atreva
tratando de sacarme de mi propio agujero.
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