El amor con sus formas no se asienta
si nadie le ofreciera un contenido,
ni tan siquiera un corazón partido
sería digno de tenerse en cuenta.
Si sólo sus modales son afrenta,
¿por qué nos arriesgamos en su nido
en un mar de ilusión indefinido
que más pronto que tarde se revienta?
La generosidad del amor vale
sin duda alguna, un sobreprecio en oro
que a los afortunados se regala,
y que del mundo material se sale
como si fuera su mejor tesoro
al tener que mostrar su parte mala.
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