Prendido y sin mirar al santo quedo,
porque tengan tus ojos tal pujanza
y pierda el corazón sutil confianza,
que desplegar la vista ya no puedo
Y es que si no buscara amor con miedo
donde se hace valiente mi privanza,
flaco favor le cedo a la esperanza
para quitarle mecha a este enredo
Nunca necesitó de elogios mi alma,
para saber que hacer con los antojos
al rechazarlos con razón, en calma,
pues lo que entra no siempre por sus ojos
le hará tragar sustento de su palma
si no logra besar tus labios rojos.
|