Quien tenga una sutil sabiduría,
porque conozca todos los caminos
y de cada cual venga ya de vuelta,
que muestre de la vida sus rechazos.
Hasta puede que muera bien a gusto
aunque tal vez jamás sea consciente
mientras persista el ego y la pasión
en cruzar a su antojo los senderos.
Pues cuando la avaricia le salpique
apenas cuenta se dará tal vez
que será su razón quien le traicione,
sin que ningún vestigio de humildad
le proteja de lleno las espaldas
en los momentos de mayor locura.
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