Porque el cielo que busco nunca llega
más me pega vivir en el presente,
y como voy deprisa para viejo
rápido me cobijo del relente.
Pues sin luces me veo de repente
y por los codos cuelga mi pellejo,
extenuado al final por tanta brega,
aunque ya acostumbrado ni me quejo.
Quizás porque jugué bastante al tejo
y corrí desde el alfa hasta la omega,
soy de las circunstancias muy consciente
siguiendo los consejos de un colega.
Dios quiera que jamás mi vista ciega
dentro se deje algún verso pendiente.
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