Triste resulta la vida
tomada siempre a destajo,
cuando tan sólo al trabajo
se le da la bienvenida.
Y por supuesto aburrida,
que nos importa un carajo
disfrutar de un agasajo,
por más que alguien nos lo pida.
Y a veces tan poco grata
que si acaso la fortuna
por los aires se nos vuela,
quizás con tan mala pata
que resulta inoportuna
sin ilusión ni alegría.
|