SONETO BLANCO
La ilusión se diluye entre deseos,
si al final de la vida, siendo vanos,
lo comido nos dan por lo servido
tal y como nos dicta la experiencia.
Será que los reflejos no me fallan
y acercándome lúcido a la tumba,
apenas si saludo cauto a nadie
tratando de ocultar mis cicatrices.
Pudiera parecer incoherente,
pero al mostrarme esquivo igual sepulto
cantidad de anacrónicos temores,
que si comer me comen mucho el coco,
si no logro alejarlos de por vida
en un pozo sin fondo igual me hunden.
|