Mientras que la razón se tome el mando
y me acierte a decir en su momento
cuando la vida muestra un sentimiento,
las gracias le estaré sin dudas dando.
Ninguna explicación del cómo y cuándo
voy a necesitar de un argumento,
que me sirva de grácil testamento
al estar ya mis huesos descansando.
Porque sencilla veo la existencia
mientras el aires sea limpio y puro
y el alimento llene mi barriga,
porque bastante sufre mi conciencia
cuando se ve sin luz en un apuro
y por los suelos cae de fatiga.
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