No dejaré raíces en la tierra
que desprendan con rabia su veneno
porque no exista en este mundo freno
capaz que ponga fin a tanta guerra.
Así será que el hombre más se aferra
a lo que considera un bien ajeno,
aunque escuchara el más sonoro trueno
rompiendo sobre la cercana sierra.
Pues quiero andar liviano de equipaje,
y si puedo pasar inadvertido,
gozando de la paz que me mantiene,
porque no quiero hacerme vil chantaje
al pensar que sin fe me fui del nido
viendo que mi dolor no se sostiene.
|