Soneto.-
Detesto toda frase lapidaria
cuando sin pausa marque mi destino,
que estrechando bastante mi camino
me cambie la partida arancelaria.
Cosa que nunca veo necesaria
porque borrar no puedo así mi sino,
ni que tomara cantidad de vino
de una cosecha antigua y milenaria.
De mi suerte quizás no sea dueño
mientras otros manejen los resortes
de este planeta yendo a la deriva,
pues aunque en digerirlo pongo empeño
apenas puedo sufragar los portes
que de sus tempestades yo reciba.
Luis Pérez.-
|