SONETO.-
Siempre quedan resquicios de esperanza
con los cuales la mente rectifica,
tanto que incluso a la sazón practica
el tomarse con tiempo la venganza.
Y es que una vez herida la confianza
el ego seductor se mortifica,
y a lo mejor con todo dios se pica
si ve que sus propósitos no alcanza.
Que tirar la toalla por la borda
antes de tiempo perjudica y mucho
cuando la liebre salta de repente,
aunque a veces la mente vaya sorda
y escapando quizás de un aguilucho
de su tesón no sea muy consciente.-
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