SONETO.-
¿Por qué razón me atas de pies y manos
si mi pérdida son hoy tus lamentos,
y en el camino forjo mis cimientos
sin cambiar libertad por escribanos?;
si listos en hacer el besamanos
aprovechando burdos desalientos,
surgidos del peor de los momentos,
Dios sabe qué tendrían entre manos.
Deja que corra y vuele cuanto quiera,
que muy lejos divise el horizonte,
hasta que reconozca que no existe
otra realidad por ahí fuera,
capaz de recorrer todo ese monte
por donde algún amor aún persiste.-
Luis Perez.-
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