HUMILDE PRESIDENTE FUE EL DE URUGUAY
Humilde presidente fue el de Uruguay,
que se marchó a su casa con lo puesto,
y con sus cábalas dejó dispuesto
que el mando mata si ladrones hay.
Que vocación pudiera haber, caray,
si quien cuida los óbolos del cesto
no los saca pardiez del presupuesto,
y a gastarlos se larga al Paraguay.
Que por aquí la corrupción galopa
como los galgos sueltos en el llano
mientras tanto el fiscal que se jubila,
harto está de comer la misma sopa
al no aguantar los toques del tirano
que hasta después de muerto le vigila.-
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