POR LA CALLE SEÑOR, DE LA AMARGURA
Por la calle, señor, de la amargura
me trae a mí querer saber de todo,
y es que encontrar no encuentro nunca el modo
de frenar tan diabólica locura.
Pero afirmar me atrevo sin premura
que a cantidad de gente yo incomodo
porque sacando mi razón del lodo
ando solo de forma muy segura.-
Igual la religión y la política
a la par benefician la ignorancia
para poder mandar sin objeciones,
pues muy mal al poder sienta la crítica
de todo aquel que guarda la distancia
pidiendo se respeten sus razones.-
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