Soneto.- -
Sensuales y radiantes son tus rosas,
como si por tu boca un par de fresas
rondara la pasión de mil princesas,
sin quitarse el carmín de apetitosas.
Nunca pensé que fuesen tan hermosas,
pero he de confesar cuanto me estresas
cuando con mis arrullos te embelesas,
brindando tus mejillas tan carnosas.
Sin alma fiel dormir ya me podría
noche y día en tus brazos escribiendo
poemas que pudieses tú entender,
porque de corazón te besaría
garantizando semejante atuendo
para lo que hoy en día pueda haber.
|