SONETO
Todo le cuesta el doble hoy día al vago
como al pobre según mi experiencia,
y tanto que no basta la paciencia
para obviar semejante mal trago.
Por eso yo de pánico me cago
si no llego a prever por negligencia,
que siendo débil yo por excelencia
que nadie despotrique cuanto hago.
Quien sabe si bufón por ley de vida
a un arcabuz me agarro con los dientes
sin que abrigue una pizca de esperanza,
porque asumir no asuma una salida
por la cual cantidad de confidentes
en los ricos no pongan su confianza.
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