Dime avaricia cómo
podría disfrutar de mi destino
si prendiéndole fuego a mi camino
al más terrible abismo de cabezas me asomo.
Porque cuando la vida de bromas me la tomo
dar en el clavo cantidad atino
sin que extravíe en el asunto el tino
y menos el aplomo.
Porque de los tesoros siempre huyo
si para respirar no me son necesarios
y cuando muera muy atrás los dejo,
para que mi heredero bien los disfrute, intuyo,
aunque puedan sobrar los comentarios
si sólo de pensarlo me juego yo el pellejo.-
|