No serán mis palabras nunca credo
ni mis ojos refugio de villanos,
que pretendiendo parecer humanos
fácil te meten en cualquier enredo.
Yo quizás importancia no concedo
a la vida que llevan los tiranos,
aunque sus pensamientos sean vanos
y a prójimo señalen con el dedo.
Relativo parece cuanto existe
según mis cálculos de ver las cosas
y también la razón de que dispongo,
pues hay quien piensa que quien come alpiste
toda su vida ve color de rosas
por más que en la distancia suene a tongo.-
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