Cuando miro mis sueños caer uno
a uno, quizás decidan mi destino
sin prestar atención a mi vecino.
Pues ni pienso que sea inoportuno
el subirme a la fuente de Neptuno
como cuando subía al grueso pino,
sin sospechar que iba a ser marino
y en la mar tomaría el desayuno.
Porque el futuro encierra sus sorpresas,
siendo optimista opino que agradables
aunque siempre alejado del gobierno,
desde donde el poder de las duquesas
al duque obliga a manejar los sables
al importarle la razón un cuerno.
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