Voy peldaño a peldaño hacia mi ruina
esquivando los baches del camino,
quizás sea mi último destino
que al pasar de los años se avecina.
Quien sabe si tocándome la china
de todos modos yo perdiera el tino,
y dando más bandazos que un molino
en penumbras me deje la retina.
Y es que aceptar la muerte cuesta mucho
cuando la vida tanto se disfruta
y con quien se decide se comparte,
razón por la que yo peleo y lucho
hasta el extremo que cualquier disputa
de lograr mi propósito me aparte.
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