Claro que sí protesto,
si acaso me golpean en la cara
hasta sentir esa pasión tan rara,
que por no darme cuenta a veces ni detesto.
Y parecer pudiera demasiado modesto,
al entender que quien hoy me atacara
pudiera ser que yo le molestara,
al sentirme indispuesto.
Lejos de presumir de masoquista
huyo del sufrimiento igual que una gacela
que en libertad saltara por los montes,
pues de sobra respondo pecando de optimista
que muchos palos ya me llevo ,tela,
buscando noche y día hermosos horizontes.
|